I
No es tarea fácil
armar una lista de reproducción que logre simbolizar el fin del mundo como lo
conocemos. Lo más probable es que los meteoros no caigan y mañana, entre
cenizas que no son, nos hallemos iguales, sin mayor alteración que una resaca.
Pero puede que no; se vale jugar a ello. Mas encapsular al Fin del Mundo en un
playlist presenta un problema de enfoque: resulta tentador enlistar canciones
como “It’s the End of the World as We Know It (and I Feel Fine)” de R.E.M. o
“The End of the World” de The Cure, solo en virtud de su titulo. Sería el
camino fácil, pero no va de acuerdo a lo que prometí hacer con este sitio, que
es ir más allá de esas sendas. Entonces, hay que enfocar de otro modo.
El siguiente playlist es largo, puesto que varias de las canciones son
extensas, vastas, como una reflexión mortal antes del apocalipsis. De eso se
trata la lista: son canciones que, a mi juicio, crean un momento apocalíptico
dentro de la mente del escucha —y serían, por tanto, acompañantes perfectas
para la lluvia de fuego (o hielo, uno nunca sabe) que marque el fin de los
tiempos. Por extensión, bien podría ser
un álbum doble. No encontraran, así, canciones que aludan al Fin del Mundo en
su título, y muchas ni siquiera en su letra. Se trata de un ejercicio en atmósfera,
de encontrar lo desolado dentro de lo desolado.
La siguiente lista está asimismo exenta de música clásica. Me vi tentado a poner "Dies irae" de Mozart, pero de hacerlo tendría que poner el Requiem completo. También pensé en Purcell o Tchaikovsky, pero sentí que quedaban muy solitarios entre el mar de música moderna. También he excluido canciones que son terriblemente apocalípticas en un
sentido privado, emocional, pero que no expresan un Fin del Mundo externo.
Entre estas están “I Know its Over” de The Smiths, por ejemplo. Las pistas que
sí incluí no se limitan a cantar las tristezas de alguien, sino a narrar
—aunque sea sin palabras— la caída del hombre entero, sin particularizar por
completo. He de reconocer que me he inclinado un poco por el género del
post-rock y similares, puesto que para mí expresan, de forma que ningún otro
género logra, esos instantes eternos y oscuros que componen la tragedia. Pero
por supuesto, cada quién es libre de una opinión. Dicho esto, tomen sus
paraguas y que vengan los meteoros.